En octubre del 2014 nos casamos y teníamos muy claro que nuestra luna de miel sería en Nueva York, ciudad que tienes la sensación de conocer antes de haber pisado cada una de sus calles.
Nueva York ya nos impactó al aterrizar en JFK, la cantidad de seguridad que hay. Ya durante el camino del aeropuerto al hotel pudimos observar los grandes rascacielos que todos conocemos gracias a las películas.
Pasear por las calles de Nueva York te da la sensación de estar viviendo una de esas películas americanas….
la cantidad de gente, los taxis, los edificios altos, trabajadores comiendo en tuppers a la puerta de las empresas… Compruebas como todo lo que has visto por la televisión es real.
En definitiva, todo Nueva York en sí, es una experiencia que, al menos, se debe vivir una vez en la vida. Abunda la magia y la certeza de que estás viendo algo único, tan distinto a lo que hay en tu propio país. Es otro mundo.
Nos encantaría volver, aunque estamos felices de poder haber hecho este viaje y lo recordaremos toda la vida.
Gracias a Sara, sus consejos y recomendaciones, pudimos disfrutar a lo grande de Nueva York, de cada uno de sus rincones.
Javier y Estefanía
Deja tu comentario