Zakouma, Parque nacional en Chad
Zakouma
Estoy en Zakouma, en Chad y estoy muy emocionada….el encuentro con animales salvajes siempre me emociona. Saber que compartimos la tierra con ellos y que los llevamos al borde de la extinción, me indigna y me entristece. La contrapartida es poder contemplarlos y ser testigo del esfuerzo sobrehumano que significa protegerlos.
Sumergirse en el Parque Nacional de Zakouma es entrar en el último ecosistema intacto de la sabana de África Central, hogar de más de la mitad de la población de la jirafa Kordofan que queda en toda África y uno de los últimos lugares del planeta donde podemos ver manadas de más de 500 elefantes.
Actualmente representa el principal refugio para la vida salvaje de África Central y Occidental, sin embargo entre 2002 y 2010, los cazadores furtivos saquearon el parque, diezmando sus recursos naturales y generando miedo e inseguridad en las comunidades locales.
En el año 2006 habitaban en el Parque Nacional de Zakouma más de 4.000 elefantes. Una concentración tan grande es un blanco fácil para los furtivos, sobretodo si no es posible protegerlos por falta de medios. El infierno duró más de tres años. Cazadores profesionales de Sudán, armados con metralletas, entraban a caballo en el parque. Los guardas, con escasos medios de defensa, no podían hacer nada contra ellos. La situación se agravaba porque incluso algunos guardas, funcionarios y políticos locales comerciaban también con el marfil . Mucha gente ganaba pasta con el sufrimiento de los elefantes.
En total, 4.000 elefantes, el 95% de la población del Parque Nacional de Zakouma, fueron sacrificados por su marfil. Una tragedia casi imposible de digerir.
Afortunadamente en 2010, el gobierno de Chad y African Parks firmaron un acuerdo para restaurar y administrar Zakouma antes de que fuera demasiado tarde. La caza furtiva descendió de una manera esperanzadora. Solo 24 elefantes han sido asesinados desde 2010, lo que significa un paso fundamental en la recuperación de la vida salvaje.
Actualmente, la población de elefantes supera los 559 individuos y está en aumento por primera vez en una década.
El paisaje de Zakouma es cautivador. Una mezcla perfecta de sabana con acacias rojas y amarillas, bosque, espacios abiertos, matorral y humedales. Ésto supone una gran variedad de fauna en un entorno único y apenas visitado, lo que hace que conserve su naturaleza más salvaje.
De safari en Zakouma
Estuvimos tres días en el Parque Nacional de Zakouma haciendo safaris por la mañana y por la tarde. Cada uno nos regaló una aventura distinta. Siempre se sale antes del amanecer, cuando todavía el sol no ha despertado, bien abrigados porque la temperatura es baja y en éste parque, el Land Cruiser está descubierto.
Cada vez que siento el viento seco de la sabana en mis mejillas me abandono al silencio de los maravillosos sonidos de Africa y soy completamente feliz….
Gracias a un collar con GPS instalado en uno de los felinos, pudimos estar muy cerca de una familia de leones y ver cómo se hacían arrumacos unos a otros. Actualmente, cuatro leones pertenecientes a familias diferentes llevan collar de localización. Ésto permite saber por dónde se mueven y controlar su estado de salud, así como posibles disgregaciones de grupo.
Mientras avanzábamos, la majestuosa silueta de las jirafas se recortaba en el azul del cielo mientras nos miraban con desconfianza y curiosidad. Elefantes en grupos numerosos salían a nuestro paso. Manadas de búfalos cruzaban las aguas, diferentes tipos de monos saltaban y jugaban mientras nos vigilaban con sus ojos casi humanos.
Un grupo de hienas devoraban los restos que le habían sobrado a algún depredador más grande mientras varios buitres esperaban su turno en los árboles más próximos. Alguno más atrevido, les metía prisa con la insistencia de su presencia cada vez más próxima. Manadas de antílopes, avestruces y grullas de corona negra.
Nuestra ruta desembocaba en uno de los lagos del parque en el que habita una de las concentraciones mas numerosas de pelícanos que he visto jamás. Un espectáculo único, increíble y sobrecogedor. Miles de pelícanos flotaban sobre las aguas, todos juntos formaban una especie de ser gigantesco, con miles de ojitos negros y picos amarillos. Cuando echaron a volar, el cielo quedó cubierto con un manto de plumas blancas que se movían al unísono. Quedé fascinada por aquella imagen.
También vimos cocodrilos, ginetas, un sérval africano, mangostas, chacales, facoceros, civetas, gatos salvajes…un verdadero paraíso para los amantes de la vida salvaje, como yo.
Conozco muchos parques de África y puedo decir que la experiencia de safari en el Parque Nacional de Zakouma es especial, hay muy pocos vehículos y es prácticamente imposible cruzarse con otro coche durante toda la expedición.
El guía que nos acompañaba, Steve, es un profesional con muy buena formación, que ama lo que hace y se nota. Es un gran rastreador, sigue las huellas con determinación, está atento a todos los sonidos y se anticipa a los movimientos, siempre desde el respeto y la no invasión del espacio privado de los animales.
Las horas se me pasan muy rápido en Zakouma… el sol se descuelga del cielo y se deja caer en un lago desparramando sus colores cobrizos y anaranjados por la tierra del parque. No me cansaré nunca de los atardeceres de África.
De regreso a Tinga Camp, las luces de nuestro coche iluminan la figura de un espectacular león durmiendo tranquilo en medio del camino. Sus ojos color miel se abren perezosos cuando nos acercamos y el brillo le deslumbra. Todavía medio dormido, mueve su preciosa melena y se levanta, apartándose de nuestra ruta y desplomándose de nuevo unos pocos metros más allá para continuar con su sueño.
No hay mejor manera de despedir el día…todavía puedo escuchar a mi corazón alborotado.
Tinga Camp
El campamento está rodeado de impresionantes árboles de tamarindo y consta de 20 bungalows con baño privado, mosquiteras y ventilador de techo. La zona común es un espacio abierto, tranquilo, perfecto para relajarse, leer y tomar una cerveza antes de la cena. La cocina es una mezcla muy interesante y sabrosa de platos locales adaptados, con postres deliciosos. En mi caso, tuvieron en cuenta mis intolerancias alimenticias y me facilitaron platos que se adaptaban a mi situación particular.
Es emocionante dormir en éste tipo de camps, abiertos y desprovistos de vallas. Me conecta con el entorno y me hace estar atenta a los sonidos de la noche…siempre puedes recibir alguna visita inesperada en la puerta de tu habitación!!!