La música siempre ha sido un bálsamo para mis heridas más profundas. El ritual consiste en cabalgar sin rumbo sumergida en mi coche mientras el viento se desliza caprichoso alrededor de mi nuca.

Hoy, sin billete de vuelta, las lágrimas no reptan tras mis gafas de sol, ni desespero por un mensaje en el móvil, sólo estoy yo, rota, flotando en pedazos dentro de una agrietada cáscara invisible a punto de romperse sobre el asfalto de la carretera que me lleva a Almagro, ciudad del teatro.

Nuestras miradas se encuentran en el vacío y mi corazón se detiene un instante. No eres más que una diminuta sombra que me observa a través de unos huidizos ojos color de miel. Estás tirado en el arcén, encogido, solo, perdido y paralizado por el miedo ….somos dos imágenes que se proyectan sobre el mismo espejo.

Me acerco a ti muy despacio, rebuscando en mi bolsillo algo que pueda resultarte apetecible, sin embargo no necesitas sobornos, tímido e intuitivo acercas tu hocico a mi piel para acariciar mi alma hecha girones.

Tus huesos de cachorro se abren paso a través de una fina y atigrada capa de pelo crespo y sucio y en cuanto te cojo en brazos, apoyas tu cabeza sobre mi pecho aunando nuestros latidos para no volver a sentirte abandonado.

Mi huida me ha traído a tierras de Quijotes y Dulcineas, de caballeros, de amores imposibles y de literatura. Almagro , ciudad de historia, con su Corral de Comedias, nos recibe con el empedrado de sus calles brillante y resbaladizo por el agua de lluvia.

-Buscar un hotel contigo va a resultar más complicado.

La calle por la que avanzamos desemboca en la Plaza Mayor, un escenario magnífico que me transporta a otros tiempos y donde la historia de los caballeros de la Orden de Calatrava y las familias centro europeas que se instalaron aquí, se respira en los palacios y fundaciones que embellecen la ciudad.

Almagro Plaza Mayor

Almagro es la ciudad del teatro y bajo los pórticos puedo ver a la gente haciendo cola para entrar en el Corral de Comedias.

Salgo de la plaza en busca de un lugar para pasar la noche y decido caminar hasta un toldo granate que veo a lo lejos.

-Hostería Valdeolivo…Me gusta…Voy a probar suerte.

Sobre la puerta de madera gruesa cuelga una aldaba de metal en forma de argolla, lo que me parece un buen presagio, éstos llamadores se instalaban en las puertas de las iglesias como tradición del derecho al asilo. Así que golpeo un par de veces y confío en que los dueños conozcan la historia de éstos picaportes ya en desuso.

Tras esos muros castellanos, Teo y Montse nos abrigan, transportándonos a un espacio cálido y dulce donde habita la calma. Abrazarte y sentir nuestros corazones latiendo al compás me ayuda a recomponer mi puzzle vital.

Los cachorros nos acercan a nuestra naturaleza animal, inocente y natural. Nos liberan del estrés, mejorando nuestra salud y nos recuerdan que la VERDADERA FELICIDAD reside solo en el momento presente. Sé que quererte y criarte será una de las experiencias más enriquecedoras y gratificantes que se pueden tener en la vida.

Brujo te enseñará a disfrutar del momento, a no obsesionarte con el pasado o el futuro. Te enseñará que jugar en el suelo, correr por el parque, lanzarse a la piscina o tumbarse sobre la hierba a contemplar el cielo y descansar a la sombra de un árbol, sigue siendo lo mejor que la vida puede ofrecernos.
Te ayudará a experimentar una conexión más profunda no sólo con los animales, sino con el resto de humanos y sobre todo contigo mismo.

A Brujo, como así le llamo, lo rescatamos mi padre y yo el sábado 15 de Agosto, Día Mundial del Animal sin Hogar, curiosamente.